jueves, 19 de marzo de 2009

La Escritura como Vehículo de Transformación Personal

La Escritura Como Vehículo de Transformación Personal

Cierta vez una joven estudiante, que se quejaba de depresión, buscó a un conocido psiquiatra, después de haber consultados a otros tantos. Se encontraba desanimada. La vida para ella no tenía color. Su esperanza se había disipado. El dolor de la depresión, que es el último estadio del sufrimiento humano, le había robado el sentido de la vida. El psiquiatra que la atendió, la escuchó conmovido pacientemente, mientras pensaba qué decirle al respecto. El, con postura esperanzadora, le dijo que no debía conformarse con ser una enferma. Ella podía salir de la depresión. El rescate del liderazgo del yo sería capaz de potencializar el efecto de los medicamentos y rescatar su encanto por la vida.
Esta historia personal de esta joven y el psiquiatra, tiene el propósito de funcionar como paralelo con la labor que realiza el docente con sus alumnos. Las historias de depresión, de conflictos personales y familiares, abundan en nuestras aulas e impiden que estos aprendan. Nuestros esfuerzos y técnicas pedagógicas tradicionales no son suficientes para resolver semejantes problemas.
Sin embargo, la respuesta que da el psiquiatra, es un concepto que la docencia puede utilizar para lograr más y mejores resultados en la formación y crecimiento de nuestros alumnos. El liderazgo del yo, se ha entendido como gerenciar nuestros pensamientos, es decir, nos hacemos cargo de los pensamientos y sentimientos que gobiernan nuestras mentes y los dirigimos por senderos más positivos y constructivos.
Si los jóvenes no aprenden a gerenciar sus pensamientos, serán un barco sin timón, marionetas de sus problemas. La tarea más importante de la educación es transformar al ser humano en líder de sí mismo, líder de sus pensamientos y emociones.
Por lo tanto, un espacio que viene a ayudarnos en nuestra labor, es la Escritura, es decir, la escritura como vehículo de transformación personal. Esta función y capacidad de escribir nos ofrece múltiples posibilidades de trabajo con los alumnos y las alumnas. Mirar a la escritura como una simple función de registro de materias es limitar las grandes oportunidades que tenemos en nuestras manos.
En la escritura se nos ofrece una alternativa para trabajar con los conflictos y problemas de los alumnos de nuestros liceos, ya que por la naturaleza de ésta, es posible que ellos viertan sus sentimientos y pensamientos en historias, poemas, cuentos, relatos testimoniales, dramas que pueden ser representados, transformándose ellos, así, en escritores críticos del guión de sus pensamientos.
Al escribir, pueden tomar conciencia de sus pensamientos negativos que los mantienen conflictuados, permitiendo la reflexión y la reedición de los aspectos destructivos de sus creencias. Por ello, se hace urgente un proyecto de escritura que contemple no solamente el curriculum, sino además, los elementos fundamentales de la vida, de las creencias y convicciones que son el andamiaje de las conductas futuras de nuestros estudiantes.
¿Por qué es importante un proyecto de escritura? ¿Un proyecto que pueda atender a las necesidades personales de los alumnos y alumnas de nuestras comunidades educativas? Para entender la importancia de un proyecto de escritura se hace necesario creer que “la vida entera requiere vivirla con un definido plan de acción si se quiere gozar de resultados intencionales.” Por lo cual, es necesario reconocer algunos aspectos de la escritura que serán determinantes en el proceso de la transformación y crecimiento personal de nuestros educandos.

Posibilidades que genera la escritura
La Dra. Paula Carlino en su propuesta: “Escribir, leer y aprender en la Universidad. Una introducción a la alfabetización académica.” Nos comparte algunas cosas que refuerzan las potencialidades que nos proporciona la escritura como vehículo de transformación personal. En primer lugar, gracias a que no tiene, el escritor, enfrente al lector, puede tomarse tiempo para pensar qué quiere decir, para qué lo quiere decir y cómo lo quiere decir. Ella dice que el escritor, puede planificar los contenidos, aclarar el propósito de su escritura y anticipar la organización de su texto.
En segundo lugar puede revisarlo: volver sobre el escrito cuantas veces desee para releerlo, pensarlo de nuevo, objetarle y cambiarlo.
La Doctora señala: “Puesto que la escritura no es un lenguaje espontáneo, sino anticipado y reconsiderado, quienes escriben profesionalmente manifiestan que componer un texto incide en el desarrollo de su pensamiento.”
La escritura estimula el análisis crítico sobre el propio saber debido a que permite sostener la concentración en ciertas ideas, lo cual a su vez está posibilitado por la naturaleza estable de lo escrito, a diferencia de la volatilidad del pensamiento y del lenguaje oral.
Toda esta información que nos entrega esta investigadora, es fundamental para reconocer el rol esencial de la escritura en el desarrollo humano, ya que la calidad de vida que experimentamos, se debe principalmente a las estructuras de pensamiento que tenemos, y que a través de la escritura es posible revisar, analizar y reescribir estos paradigmas que nos afectan negativamente.
Volviendo a la historia de la joven depresiva, ella aprendió que toda la basura que pasaba por el escenario de su mente quedaba registrada automáticamente en la memoria y no podía ya borrarse, sino sólo reeditarse, reescribirse. Poco a poco dejó de ser víctima de sus problemas y empezó a reescribir su historia y a contemplar la belleza de la vida.
Pasar por un proceso de transformación personal es un viaje que podemos ayudar a nuestros alumnos y alumnas a transitar por medio de la escritura. ¡Tomemos nuestras hojas de la mente y comencemos a escribir junto a ellos y ellas las líneas de nuestro futuro!

Profesor de Lenguaje y Comunicación
Liceo Ciudad de Quillota
Fannely Oribe